El orgullo nos lleva a tomar malas deciciones, pero confíar en Dios endereza nuestras sendas. Apoyarnos en nuestra sabiduría trae dolor al alma, pero cuando acudimos a la Palabra de Dios y obedecemos su consejo encontramos alivio. En un mundo consumista, se encuentra abundancia en dar a Dios, en lugar de tener y consumir más.
Comments are closed.
|